domingo, 6 de octubre de 2013

Día 265. Ni llamadas ni llantos.

Soy la persona con la vida más triste que jamás he conocido.

De la noche a la mañana todo se ha vuelto del revés… bueno, a quién pretendo engañar, lleva así desde más o menos fin de año. Cuando me propuse cambiar de vida por quinta vez. He pasado de estar llorando día y noche por alguien a follarme a uno por semana. He pasado de estudiar en Madrid, con una compañera de piso genial, a vivir en mi casa de la playa, con mi tía y mi amiga del instituto. Sin estudiar. No me han cogido en ningún lugar, así que simplemente voy a una academia para sacarme los títulos de inglés y francés.
Dios… cómo echo de menos Madrid.

Mi mejor amiga no me habla… al menos no como antes. Todo ha cambiado con el verano y mi huída de Madrid.

Sigo sola. Bueno, cuando digo sola me refiero a sin pareja estable. Pero eso para mí no es una novedad sinceramente, siempre he estado sin pareja. Lo que más me sorprende es que mi hermana pequeña sí tenga novio. De veinte años.
A esta parece que también le ha cambiado la vida por completo. Ha pasado de la mayor depresión a que todo el mundo la adore.
Ahora soy yo la insufrible.
Mis padres le prestan toda la atención a ella desde siempre. Y ahora la que está deprimida soy yo y nadie quiere darse cuenta de que no me levanto de la cama en todo el día, que no salgo de fiesta porque no tengo ganas y que en realidad pensaba que tenía amigos cuando todo es pura fachada.

Solamente recibo cariño por parte del tío al que me follo y ese cariño lo reciben cinco tías más a la vez. No es un consuelo tener sexo.

Y ahora cuido de mi gata, porque es lo único que me llena. ¿Cómo puede ser que una persona con tanta gente alrededor se sienta tan sola?



Sinceramente, en estos momentos, odio mi vida completamente. 

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