viernes, 18 de enero de 2013

Get over my depression.

Y de momento lo que era tu vida rutinaria y aburrida cambia por completo. Días enteros quejándome de lo aburrida que es la vida sin un poco de acción, días enteros deseando que todo cambiara... Hasta que de verdad cambia, tu normal y tranquila vida da un giro de 180 grados, tu padre no es quien pensabas que era, tu madre se vuelve loca, tu hermana intenta acabar con su joven vida... Y tú piensas que eres la única que está acorde... Pero no, simplemente aparentas ser una persona fuerte, dura, de hierro. Sonríes delante de la gente, sueltas estupideces, haces creer a todo el mundo que tu vida sigue igual de aburrida que siempre, que el cambio de ciudad apenas te ha afectado, que puedes con los millones de apuntes, que puedes estar sola porque piensas que siempre lo has estado. Haces pensar a todos que eres independiente y que puedes lidiar con todo y más... Hasta que explotas. Y es entonces es cuando no puedes evitar pensar si todo volvería a la normalidad algún día de alguna forma inexplicable... Si algún día te despertarás de la pesadilla que estás viviendo... Y deseas desaparecer de todo... Es ese segundo de tu vida en el que te planteas si merece la pena aparentar ser fuerte o dejar que todos se apiaden de ti y sientan lástima por la chica que se va a volver loca en unos días.
Y vale, estos problemas no son los más jodidos del mundo. Me han roto de todas las maneras que me parecen posibles y llega el punto en el que solo te queda escribir por no joder al resto. Llámalo empatía, pero odio que la gente sienta lo que yo siento. Si la vida ya es jodida, añádele una sonrisa y un trago de penas propias.
Ya no queda a quien le interese mi pena.

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