"Sin embargo, no hice nada, nada, dije otra estupidez, de la cual sinceramente ahora ni siquiera me acuerdo, y después le pregunté:
-¿Te apetece salir? Podemos ir a comer una pizza y luego al cine...
Y seguro que algo hicimos, una de esas cosas que se hacen con tal de no quedarte en casa, por no hablar, porque uno se cree que las cosas ya se arreglarán solas y que todo irá como siempre, si no mejor. En nuestro caso, sin embargo, no ha sido así.
Y es raro porque, por ejemplo, con Benedetta en seguida he dejado las cosas claras. En realidad todo es más fácil cuando te da lo mismo, ya te das cuenta mientras estás haciendo sexo. No hace falta que dures, no intentas aguantar, no te preocupas de su placer, sino que sólo piensas en el tuyo. Encuentras gusto en follártela, claro, pero luego, cuando estás a punto de acabar, acabas y punto. Y no es que seas egoísta, eres sincero. Al igual que es dramáticamente sincero el silencio que sigue. Después de tus vergonzosos últimos gritos salvajes, de repente te reconoces, te enfocas y justo entonces te das realmente cuenta de lo que has hecho: una enorme gilipollez."
martes, 15 de octubre de 2013
domingo, 6 de octubre de 2013
Día 265. Ni llamadas ni llantos.
Soy la
persona con la vida más triste que jamás he conocido.
De la
noche a la mañana todo se ha vuelto del revés… bueno, a quién pretendo engañar,
lleva así desde más o menos fin de año. Cuando me propuse cambiar de vida por
quinta vez. He pasado de estar llorando día y noche por alguien a follarme a
uno por semana. He pasado de estudiar en Madrid, con una compañera de piso
genial, a vivir en mi casa de la playa, con mi tía y mi amiga del instituto.
Sin estudiar. No me han cogido en ningún lugar, así que simplemente voy a una
academia para sacarme los títulos de inglés y francés.
Dios…
cómo echo de menos Madrid.
Mi
mejor amiga no me habla… al menos no como antes. Todo ha cambiado con el verano
y mi huída de Madrid.
Sigo
sola. Bueno, cuando digo sola me refiero a sin pareja estable. Pero eso para mí
no es una novedad sinceramente, siempre he estado sin pareja. Lo que más me
sorprende es que mi hermana pequeña sí tenga novio. De veinte años.
A esta
parece que también le ha cambiado la vida por completo. Ha pasado de la mayor
depresión a que todo el mundo la adore.
Ahora
soy yo la insufrible.
Mis
padres le prestan toda la atención a ella desde siempre. Y ahora la que está
deprimida soy yo y nadie quiere darse cuenta de que no me levanto de la cama en
todo el día, que no salgo de fiesta porque no tengo ganas y que en realidad
pensaba que tenía amigos cuando todo es pura fachada.
Solamente
recibo cariño por parte del tío al que me follo y ese cariño lo reciben cinco tías
más a la vez. No es un consuelo tener sexo.
Y ahora
cuido de mi gata, porque es lo único que me llena. ¿Cómo puede ser que una
persona con tanta gente alrededor se sienta tan sola?
Sinceramente,
en estos momentos, odio mi vida completamente.
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