Porque las mejores historias son aquellas que acaban mal, las que tienen un final trágico, las que no quedan en un "y vivieron felices y comieron perdices", las que son humanas, las que nos duelen de verdad, las que nos hacen cambiar.
Porque una historia no pueden acabar con un simple "y vivieron felices", porque no vamos a vivir felices ni comer perdices (¿enserio? ¿perdices? esos pájaros los he criado yo en mi jardín porque quería ser una princesa...) Pero ¿sabéis? mis perdices desaparecieron. No sé si se las comió algún animal del bosque o si escaparon, lo que está claro es que no están y yo no me las comí.
Lo mejor de las historias, es que a cada paso que das en la tuya aprendes algo nuevo, y ves que para sonreír cada día no tienes que comerte las perdices perdidas, sino solamente criarlas y disfrutar de ellas mientras puedas antes de escapen.